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"El yoga no quita tiempo, el yoga devuelve tiempo" es uno de los aforismos más citados por los practicantes de esta antigua disciplina. Si te preguntas qué puedes hacer para cuidar tu bienestar pero sientes que tus días están demasiado ocupados, el "yoga" podría ser la respuesta.
Todo el mundo tiene un cuerpo. Todo el mundo puede hacer yoga.
Es una disciplina que puedes practicar en cualquier momento y lugar. Puedes hacer yoga en casa, como millones de personas en todo el mundo.
Algunos han dedicado una habitación particular a esta actividad, y otros incluso hacen yoga en el baño: cualquier entorno doméstico, aunque sea temporalmente tranquilo, es adecuado para ello.
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Asanas: posturas corporales que hacen que la mente respire
Las posturas que forman las secuencias del yoga se llaman asanas. Desarrolladas a lo largo de los siglos para promover la elevación espiritual, ayudan a millones de personas a alcanzar objetivos más pragmáticos, desde mejorar la flexibilidad del cuerpo hasta aliviar el estrés.
De hecho, una de las definiciones más antiguas describe el yoga como "el arte de aquietar la mente".
Uno de los beneficios mentales del yoga, es el efecto profundamente calmante que produce gracias al nivel de concentración que se requiere para realizar las asanas. Cada movimiento realizado durante una sesión de yoga ayuda a centrarse en el momento presente y a escuchar el cuerpo y la respiración para realizar los ejercicios de forma precisa y fluida. Un buen trabajo de concentración es esencial para realizar todas las asanas, desde las más sencillas, como la Vrksasana (postura del árbol), hasta las consideradas más complejas, como la Tittibhasana (postura de la luciérnaga).
Que la flexibilidad te acompañe.
Son muchos los beneficios físicos del yoga, desde la mejora de la respiración hasta el alivio del dolor de espalda y el desarrollo de la priopercepción (la capacidad de percibir el propio cuerpo en el espacio). Queremos destacar el poder del yoga para hacernos más fuertes y flexibles, tanto física como mentalmente.
Sesión tras sesión, las tensiones se disipan, las ansiedades se desvanecen y uno se siente en paz con su interior y en equilibrio con el mundo. Lo único que importa es el momento presente. Es una sensación difícil de describir, parecida a un silencioso (pero poderoso) autodominio que, con la práctica regular del yoga, se convierte en una constante en el día a día.
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