5 beneficios del mindful cooking

Hay un "aquí y ahora" perceptivo y sensorial donde las medidas exactas determinan el éxito de una receta. ¿Dónde está tu mente cuando eliges los ingredientes? ¿Y cuando estás mezclando, removiendo y probando?
Practicar el mindful cooking puede aportar paz interior en una vida ajetreada, porque fomenta la conciencia del momento presente en todas las fases de una receta: desde la selección de los ingredientes hasta la preparación de un plato, e incluso la intencionalidad de dedicar tiempo a esperar a que la comida esté lista. Todo esto ofrece una excelente oportunidad para bajar el ritmo, apreciar las pequeñas cosas y entrenar la mente para permanecer presente.

Dedicar tiempo a la cocina puede ser una nueva forma de mejorar la salud por sus múltiples ventajas. He aquí algunos beneficios del mindful cooking.

Los principales ingredientes del mindful cooking son las vibraciones positivas y la expresión de nuestra personalidad porque nos permite crear con nuestras manos lo que va a nutrir nuestro cuerpo y nuestra mente. Cuando cocinamos, juntamos diferentes elementos que se funden, mutan, cambian de aspecto. Tenemos infinitas posibilidades de creación en nuestras manos, sin la ansiedad de un resultado perfecto porque el mejor resultado no es el más bonito o el más delicioso, sino el que más refleja nuestro gusto.

Por encima de todo, conseguir un objetivo satisface nuestra necesidad emocional de tener un propósito y un sentido en la vida, lo que nos da serenidad y felicidad. Así que diviértete en la cocina con nuevos sabores o una nueva receta y deja volar tu imaginación.

Observa los pensamientos que entran en tu mente, obsérvalos sin juzgarlos y deja que se alejen como las nubes en el cielo. Escucha cómo suben y bajan tus emociones, como las olas del mar.

La auto-observación es la base del mindful cooking, que nos da la sensación de dominio y control sobre nuestra mente a través de la concentración y la conciencia. Gracias a su carácter repetitivo, la cocina nos ayuda a relajarnos y a entrar en una forma de meditación. El gesto repetido nos anima a enfrentarnos a nuestros pensamientos con la misma paciencia con la que esperamos que la masa suba o que el agua alcance la temperatura adecuada.

Además, concentrarnos en cada gesto, sabor y olor específicos nos ayuda a apartar la mente de todo lo que está fuera de ese lugar feliz y cálido en el que nos encontramos, lo que nos permite relajarnos y reducir nuestros niveles de estrés, dejando el resto para más tarde... ¡o para nunca!

La gran lección que nos da implícitamente el mindful cooking es que podemos tener éxito en todos los platos, incluso en los más complejos y aparentemente difíciles. Podemos alcanzar cualquier objetivo si, en lugar de desanimarnos, dividimos el proceso en pequeñas tareas y las seguimos con constancia hasta el final. Este conocimiento nos proporciona autoestima y una profunda gratificación, especialmente si podemos tocar y saborear nuestros logros.
Y si el resultado no llega inmediatamente, no te juzgues, inténtalo una y otra vez. El mindful cooking nos invita a aceptar la realidad tal y como es, sin necesidad de cambiarla, pero aprendiendo a estar con lo que hay dentro de nosotros en ese momento, en cuerpo, mente y corazón, dejando de lado los juicios, las expectativas y las decepciones.

El mindful cooking despierta los sentidos, sobre todo el del olfato, el de la memoria involuntaria. La memoria involuntaria es la razón por la que a menudo recurrimos a nuestras comidas reconfortantes favoritas: preparar una comida que asociamos con una época alegre de nuestra vida, como un plato que nos encantaba cuando éramos niños, puede ayudarnos a acceder a esos sentimientos en el presente. La conciencia de esta profunda conexión puede guiarnos en la elección consciente de recetas que pueden mejorarnos psicofísicamente.

Una parte vital del ritual de la cocina es dedicar tiempo a los vínculos sociales y reforzar la conexión con los seres queridos. Cultivar una experiencia compartida a la hora de comer es una práctica excelente para mejorar la conciencia y la presencia en nuestra vida cotidiana. Cuando cocinamos para otros, ponemos todo nuestro amor en lo que hacemos y les damos todo lo bueno que hacemos para nosotros. Es una forma de compartir la alegría, el bienestar y el placer.

Ver la cocina como una oportunidad para extender la práctica de la atención plena puede transformar la cocina de ser puramente funcional a un viaje de autocuidado.

¿Estás preparado para sumergirte en el mindful cooking desde la escucha, la aceptación y el no juicio?

Te damos la bienvenida a Whirlpool, diseñado para alimentar tu bienestar.